Don Pascual Lecea Chivite, nació en Elizondo, en el valle de Baztán en Navarra del país Vasco en España, poblado al norte de PAMPLONA ubicado en la Riviera del rio Bidasoa, el 17 de Mayo de 1829 de 1836, hijo de Fernando Lecea Albizu (hijo de Lazaro Lecea y Zufiaurre y Rafaela Albizu) y Blasa Chivite Andueza (hija de Don Prudencio Chivite y Agustina Andueza). Los padres de Don Pascual vivieron bajo el reinado de Isabel II de España, hija de Fernando VII (este Fernando VII es el que reinaba cuando la Independencia de México, (recordemos que uno de los gritos de Hidalgo y de los criollos que iniciaron la Independencia fue; ”la nueva España para Fernando VII” casado este con Ma. Cristina de Borbón, la cual reino a la muerte de su marido de 1833 a 1868. Cuando murió Ma. Cristina de Borbón, dejo una la hija pequeña llamada Isabel II. Todo hacia suponer que el heredero al trono iba a ser Carlos Maria Isidro, hermano de Fernando VII, pero como no fue así, Carlos María Isidro de Borbón (Carlos V de Navarra), no acepto el nombramiento de su sobrina Isabel II como princesa de Asturias y heredera del trono. Cuando Isabel subió al trono era una niña, y su mandato estuvo lleno de regentes que ejercieron el poder en su nombre, por lo cual en todo el tiempo que duro su reinado hubo muchas revueltas, hasta que en 1870 Isabel II abdico a favor de su hijo Alfonso XII para favorecer la vuelta a la monarquía de los Borbones en España.
Parece ser que Don Fernando Lecea era un Carlista recalcitrante, y en el momento en que a sus hijos les tocaba servir en el ejército de los Borbones, y con el fin de que no lo hicieran, en 1849 mando a sus 3 hijos a la Nueva España, en una travesía por barco de vela Francés (el Paquebot de Veracruz) desde Bayona Francia, en la que debe de haber sido una travesía de semanas, y en la cual sus hijos tuvieron que enfrentar las condiciones muy difíciles en su ruta desde el norte de España a la costa en donde se embarcaron en Bayona Francia teniendo que ir a Burdeos por permisos consulares y de ahí hasta Veracruz en ese barco de vela.. Al escribir esto, me hace reflexionar como un hombre como Don Fernando Lecea, pudo estar comprometido al máximo con sus convicciones, que decidió desprenderse para siempre de sus tres hijos varones y pienso como nosotros, por comodidad, por parecernos a los demás o por interés, en ocasiones dejamos a un lado esas convicciones, religiosas, sociales, morales etc… Uno de los tres hermanos (Fernando) murió en el barco, era invierno en el atlántico norte y la gélida condición del viaje los enfrento a un clima por demás riesgoso para la salud, ocasionando una pulmonía fulminante a Fernando, otro (Agustín Pio) se quedo en Veracruz, y don Pascual a sus 20 años llego, no sé cómo, hasta Monterrey.
Contaba doña Blasita (Hija mayor de Don Pascual) que Don Pascual Lecea hizo fortuna aquí en Monterrey y se hizo dueño de los molinos de Jesús Maria, unos que estaban por el arroyo del Obispo, antes de llegar a la Fama N.L. Cuando Don Pascual considero que tenía suficiente dinero trato de regresar a su querida España, Vendió el molino a Don Valentín Rivero, pero como entonces los viajes eran por caminos reales donde abundaban los salteadores, alguien le recomendó que no llevara dinero en efectivo sino que comprara algodón, para embarcarlo en Veracruz y de ahí llevarlo a España y venderlo al llegar. Cargo sus pacas de algodón en mulas y carromatos pero debido lo largo del viaje de y a las lluvias que le tocaron, o porque le vendieron algodón de mala calidad, al llegar al puerto se percató de que las pacas de algodón no servían, las vendió al precio que pudo pero ya no se embarcó de regreso a España, sino que se regresó a Monterrey con el poco dinero que le quedo de tan decepcionante aventura., y ya nunca emprendió el regreso a España, y vivió en esta tierra hasta su muerte….
La zona en donde hoy se encuentra Golondrinas estaba sin poblar y a merced de los indios Kikapu, y por esta razón Don Pascual como colonizador consiguió muy barata la tierra y compro una extensión inmensa de terreno, de cerro a cerro, lo que ahora son los ranchos de La Flor, Golondrinas de los Ramírez, Cerro Colorado, La Playa, el Cerrito, La Tinaja, y lo que es lo nuestro. Yo pienso, que le atrajo también la zona minera, pues recuerden que en lo cerros hay minerales, y los españoles de esa época buscaban y encontraban cantidad de minerales preciosos poner plano de la Golondrinas de don pascual
Construyo su casa en el terreno al lado izquierdo del camino por el que entramos a la estación, era una casa de adobe, grande, que tenía techo de tierra apisonada y con una barda, con unas troneras por donde sacar los rifles para defenderse cuando sufrían los ataque de los indios. Su rancho quedaba en lo que era el antiguo camino a Laredo, y se convirtió en una posta, donde paraban las diligencias para comer, o dar de beber o cambiar caballos en su viaje hacia Laredo. La casa tenía en el frente una presa grande a donde iba a beber agua el ganado criollo de la hacienda, no existían cercas y el ganado que erraban con su fierro, era el que le pertenecía. El nombre Golondrinas lo adquirió porque en los tejados de la casa anidaban las Golondrinas.
A nosotros todavía nos tocaron ver cada año a esos pájaros tan hermosos anidar en la casa; fabricando sus nidos de pedacitos de lodo y paja ; esos nidos se respetaban tanto que en el caso de que anidaran en una puerta esta puerta se dejaban de abrir con tal de no molestarlas cuando estaban anidando. . Era un gusto verlas cuando empollaban, y luego cuando desde el nido enseñaban a sus polluelos a volar. De repente, no se porque, quizás porque el calor aumento, o porque las heladas han sido cada vez mas fuertes, pero dejaron de venir
Don Pascual se caso con Delfina Treviño, en la Biblia antigua esta sus retrato, blanca, también de pelo muy chino, de familia originaria de Sabinas Hidalgo N.L. Según Don Jacobo Domínguez (su yerno), tenía un carácter medio tremendo, y cuando se peleaba con Don Pascual, este se salía y se sentaba bajo los árboles que estaban en la presa frente a su casa hasta que a la señora se le pasara el berrinche. Según mi suegro los que son chinos del cabello en la familia lo heredaban de ella, junto con el mismo carácter.
Don Pascual y Delfina Treviño tuvieron 8 hijos: Blasita, Fernando, Gregorio, Pascual, Pedro, Delfina, Casimiro y Paulita, todos nacidos en Villaldama, Nuevo León.
Don Pascual murió en Golondrinas, en el año de 1902 el 18 de Agosto, y esta sepultado en la ermita de Golondrinas.
GOLONDRINAS
Hay un lugar, en el noreste de México precisamente en el noroeste del estado de Nuevo León, colindando con el de Coahuila, en donde la tierra es árida, los inviernos son crudos, los veranos agotadores, y en donde la temperatura puede variar en unas cuantas horas hasta 20 grados; una región poblada en sus principio por indios Kikapu nómadas, y luego por familias mexicanas, descendientes de españoles. Ahí se encuentra un rancho que siempre ha tenido cierta fascinación para los que lo hemos vivido. Y es para los descendientes de la familia de los fundadores de este rancho que tienen la inquietud por saber por qué nos nace el amor por esta tierra, con sus cerros tan peculiares, con sus fríos que no dejan planta con vida, y en donde sobrevive el ganado gracias a las pastas artificiales y a una que otra hierva o arbusto de la región, y al agua que extraen los pozos con los papalotes distribuidos por todo el rancho, esa tierra a la vez árida y estéril caliente y fría, productiva y avara pero que ejerce cierto magnetismo para los que la hemos vivido. En esos parajes existe un rancho, que se llama Golondrinas.
¿Por que lo escribo? Ni yo misma lo se, quizás porque me lo han pedido los jóvenes de la familia, o quizás porque en este año 1970 se cumplen 100 años de que Golondrinas funciona como ganadería de reses bravas, Toros de Lidia. ¿Pero, por qué soy yo la escogida? ¿Será porque ya ven a los zopilotes papaloteando sobre mi cabeza y quieren que lo poco que se, no quede en el olvido? Bueno….sea por lo que sea, empezare. Pero lo hago en uno de los años más difíciles para la ganadería, por la sequía, la falta de corridas de toros en toda la república, y por consiguiente la baja en el precio del ganado, así que si sueno un poquito pesimista, se sabe el porqué.
Me case a los 19 años, en una edad en la que ponemos mas atención a lo que será de nuestras vidas que a lo que fue la vida de los que nos antecedieron, pero me toco la suerte de convivir con una señora de entonces 89 años, una viejecita chiquita, de cuerpo muy delgado, con unos ojos azul claro que echaban chispas cuando se enojaba; blanca, con un cabello largo que le llevaba por debajo de la cintura, el cual lavaba y secaba cepillándolo por horas, sentada en una silla chaparrita en el corredor de la casa, y el cual recogía en un chongo sobre la nuca cuando estaba seco. Usaba siempre vestido negro, con manga larga y un cuello alto de encaje que le cubría hasta donde comienza la barbilla. Altiva….de carácter….como buena hija de español, pero a la vez bondadosa, muy religiosa, de misa diaria, y de rosario en mano durante la noche, y poseedora de un caudal de amor que supo dar a su hijo (Don Jacobo) y a sus nietos (Jacobo y Oscar) amen de sobrinos, parientes y gente a su alrededor. Su nombre Blasa Lecea de Argueta, hija mayor de Pascual Lecea, el español que fundo Golondrinas. Fue ella la que me contó todas las historias de familia que voy a tratar de narrar, algunas ya se me olvidaron, otras, como todas las historias de familia, tienen algo de la visión particular del narrador.
AUTORA: CORINA HOLGUIN DE DOMINGUEZ
TOROS DE LIDIA DE GOLONDRINAS.
Don Pascual Lecea procedente del país vasco, con gran afición fundó esta casa ganadera con ganado criollo en el mismo sitio donde ahora se encuentra en el año de 1870.
Lamentablemente don Jacobo falleció el 9 de febrero de 1972 quedando su actual poseedor como único dueño al comprar la parte de su tío. En 1976 vendría a esta casa ganadera el toro “Caminero” de Valparaíso que le ligara extraordinariamente, fue indultado por Mariano Ramos en la Monumental de Monterrey y padreó cinco años en su casa original antes de que se lo vendiera don Valentín Rivero. Se presentó en la Monumental Plaza de Toros México el 7 de agosto de 1977 con seis novillos para Mario Escobedo El Regio, Rafael Sandoval y José Antonio González Chilolin. Para 1978 trajo dos sementales de Tequisquiapan, “Sardinero” y “Aventurero”. En 1982 agregó tres sementales de San Mateo uno de ellos “Gorra Prieta” había sido indultado por Jorge Gutiérrez en El Nuevo Progreso de Guadalajara, “Soñador” y “Tapatío”, además de que por cada toro comprado le prestaron uno por un año, fueron el 3, el 5 y el 70, agregando en 1992 el toro No. 106 de San Mateo y en 1994 agregó un semental el toro “Capricho” de Reyes Huerta que indultara Eloy Cavazos en El Relicario de la ciudad de Puebla.