La tradición que bebemos al tomar un vino Riojano
Por Sommelier Claudia Ibarra
Los vinos de Rioja son mucho más de lo que vemos; en cada copa viajamos a través de los años y saboreamos una tradición que ha pasado de generación en generación: el cuidado de la uva, el amor al terruño y la sabiduría de las barricas que aportan a cada vino una identidad única.
La tradición e historia se remonta al año 1102 en que se reconoció jurídicamente el vino de Rioja, un hito significativo fue la creación de la Real Junta de Cosecheros en 1787, cuyo objetivo era el fomento del cultivo de la vid, contribuir a la mejora de la calidad de los vinos y facilitar la comercialización en los mercados del norte, por lo que su dedicación prioritaria fue construir y mejorar caminos y puentes para unir los pueblos vinateros riojanos con Vitoria y con el puerto de Santander.
La tradición vitivinícola riojana comenzó a adquirir un perfil claramente diferenciado cuando algunos avezados hombres introdujeron nuevos métodos de elaboración y crianza de los vinos y fundaron bodegas en la segunda mitad del siglo XIX.
La comercialización de los vinos riojanos se impulsó por dos factores trascendentales: la llegada del ferrocarril y de los compradores franceses (debido a la crisis de la filoxera que azotó aquella región); ilustres bodegueros como Bodegas Lecea , Luciano Murrieta, Camilo Hurtado de Amézaga o Rafael López Heredia constituyen el máximo exponente en la definitiva introducción del concepto moderno de calidad en los vinos de Rioja; ellos se especializaron en la producción de vinos criados al estilo del Medoc y comercializados en botella.
Los vinos de la DOCa Rioja están amparados por la Denominación de Origen más antigua de España. A finales del siglo XIX se constituye el Rioja moderno y se dota de identidad propia el nombre de un producto vinculado a su origen, surge entonces la preocupación de los viticultores y productores riojanos por proteger tal identidad de los “usurpadores y falsificadores,” inquietud que culminó con el reconocimiento oficial de la Denominación de Origen Rioja el 6 de junio de 1925. En 1926 surgió el Consejo Regulador, que en 1945 reglamentó legalmente todos los vinos de la región; una historia de más de 1000 años avala y engrandece los vinos de Rioja.
La Rioja obtiene la mención de D.O. Ca. (Denominación de Origen Calificada) en 1991, amparada por la primera D. O. Calificada de España., lo cual delimita la zona de producción, las variedades de uva autorizadas para la elaboración de los vinos, los rendimientos máximos permitidos, las técnicas de elaboración, de crianza, entre otras. Las variedades de uva autorizadas para el vino aumentaron con el fin de impulsar la producción de vinos Riojanos; las variedades de uvas que se reglamentaron en la producción de Rioja son:
TINTAS: Tempranillo, Garnacha Tinta, Graciano, Mazuelo y Maturana Tinta.
BLANCAS: Viura, Chardonnay, Malvasía de Rioja, Garnacha Blanca, Tempranillo Blanco, Maturana Blanca y Turruntés de Rioja.
Dedicación y sumo cuidado de cientos de manos productoras que intervienen en las bodegas han formado más que familias de sangre, han constituido un linaje de tradiciones que da como resultado vinos de buena estructura, con una acidez amable y un carácter sutilmente frutal con toques de madera y especias que le confieren las barricas; son vinos francos que nos vivifican con cada trago.
La edad sí importa…cuando de vinos se trata
Los vinos de la Denominación de Origen Calificada Rioja desean ser entendidos en toda su estructura por los amantes del buen vino de todo el mundo, es por esto que el Consejo Regulador estableció una normativa para todos sus productos conforme al proceso de envejecimiento que cada uno de ellos tiene.
Un factor que determinará que un vino pase mayor o menor tiempo en barrica lo dictará la calidad de la añada, es decir, el año en que fueron recolectadas las uvas para producirlo. Podemos considerar como fabulosa a aquella añada que hará grandes reservas donde uno de los componentes fundamentales es el clima, el cual tuvo que presentar condiciones privilegiadas en la zona de cultivo: suficiente sol por el día y noches frías para una excelente maduración.
Es por esto que podemos dividir los vinos de la DOCa Rioja en cuatro categorías:
GARANTÍA DE ORIGEN
Se garantiza el origen y añada del vino; se caracterizan por ser Jóvenes frescos y afrutados ya que se encuentran en su primer o segundo año de elaboración. Esta categoría puede incluir vinos que hayan pasado por un proceso de envejecimiento, pero no con los tiempos y lineamientos establecidos para pertenecer a la categoría de Crianza, Reserva o Gran Reserva.
DOCa Rioja – Castillo de DAVALILLO en San ASENSIO
CRIANZA
En su segundo año de elaboración, los vinos de crianza están listos para disfrutarse; han pasado por barrica de roble en un periodo de seis meses como mínimo y dieciocho meses en la botella como máximo; en este sentido, el enólogo decide el tiempo de permanencia en botella de acuerdo a las características que se obtuvieron del mosto.
Siempre que se mantengan en condiciones adecuadas, los vinos de crianza cuentan con un periodo de aproximadamente cinco años para su consumo. Se caracterizan por ser frutales, evolucionan en su color y presentan ciertos aromas sutiles a madera.
RESERVA
Estos tintos seleccionados salen de la bodega tres años después de su elaboración ya que deben vivir un proceso de envejecimiento en barrica de por lo menos doce meses y en botella un máximo de dos años; tienen un tiempo de guarda de ocho a diez años y al igual que los anteriores, dependerán de las condiciones en que los conserven. Estos vinos presentan notas de barrica, cacao y frutas caramelizadas, como higos y dátiles.
GRAN RESERVA
Son vinos magníficos de grandes cosechas ya que deben pasar al menos dos años en barrica y tres en botella con el objetivo de que desarrollen al máximo su potencial. Estos vinos tienen una guarda de quince a dieciocho años manteniéndolos en óptimas condiciones, y al olerlos nos expresan aromas a frutos ya evolucionados. Su estructura nos permite acompañar estos vinos con platillos de sabor fuerte y con alta grasitud.
Las condiciones ideales para la guarda de los vinos son las siguientes:
De esta manera podemos decir que en un producto de la Denominación de Origen Calificada Rioja la edad sí importa ya que un vino de esta región estará listo para consumirse y sólo deberás pensar en la ocasión y con quién disfrutarlo. ¡Salud!